Es difícil imaginar que dentro de muy poco tiempo dejaré aquel lugar que me hizo crecer, ser mejor persona, en donde viví una de las mejores etapas de mi vida; con problemas, con alegrías, con triunfos, con fracasos, en fin tantas cosas que pasaron allí y tantas que se quedarán…
Saber que todo es un ciclo no siempre es fácil, porque mi vida está llena de pasiones y una de esas es mi colegio, por eso hoy y siempre lo tendré en mi corazón.
Gracias a mis amigas, a mis compañeras, a mis profesores, porque se convirtieron en una gran parte de mi vida, que estoy segura que nunca olvidaré.
Para mis amigas Cata y Maka, gracias por estar a mi lado tantos años, en los que las risas se tienen que multiplicar por dos y elevar por infinito, en donde las lagrimas quedaron apaciguadas por el consuelo y la compresión, en los puestos rotos quedó la rabia y el enojo, y simplemente gracias por estar ahí siempre.
Para mis profesores, gracias por creer en mi y en mis aptitudes, por darme tantas oportunidades, por enseñarme el valor de la vida y de la felicidad, por el aprendizaje diario, por entender mis fracasos y por el amor y la pasión hacia su profesión que nunca será borrado. Muchos de ustedes se convirtieron en amigos consejeros, ya que su sabiduría y experiencia es muy importante.
Con nada podre pagar todas las cosas que recibí y todo el legado que el Pacelli, dejo en mi vida, sólo con mi compromiso, mi pasión y mi responsabilidad con la vida y con los que me rodean.
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